jueves, 17 de octubre de 2013

A POR SETAS










A POR SETAS
Salimos una mañana de domingo a por setas mi padre y yo. Cada uno iba a su paso y para cuando me di cuenta mi padre había desparecido. Pasaba el tiempo y seguía solo, hasta que la noche se me echó encima.  Lejos vi una luz…
Aquella luz era una linterna y al lado había una nota que decía: Hola hija! No te asustes, te estoy esperando en la fuente que está a dos kilometros de aquí. La niña cogió un bote de cristal que había en el suelo y se puso a buscar luciérnagas. Cuando el bote lo tenía a medias, fue hacia la fuente. Al llegar encontró otra nota que decía: Hola otra vez hija! No estoy en esa fuente como ves. Estoy en un hotel llamado Papagayoarena. Ven pronto, te espero en la entrada. 
Cuando llego le encontró y se dieron un fuerte abrazo. Pero también le llamaron a su madre para que no se asustara.
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FIN

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